lunes, 2 de noviembre de 2009

LAS MUEJERES DE VERDAD TIENEN CURVAS

Hace pocos días tuve la fortuna de ver una película en Señal Colombia, que apropósito ha tenido una evolución muy interesante de su parrilla de programación. Era una película independiente, realizada en 2002 y premiada en festivales de gran renombre como el Sundance. A grandes rasgos trata un tema muy comentado y hasta inspirador de campañas premiadas por los grandes festivales de publicidad de nuestros días: LA BELLEZA; un concepto cambiante, evolucionante y ahora tan cuestionado.


Trailer de la película



Constantemente se crean estereotipos, se busca el legitimador perfecto pues para muchos clientes y publicistas el producto tiene que verse aspiracional; pero la realidad es otra. Las calles y los hogares de todos nosotros están habitados por personas reales, comunes y corrientes, sin medidas perfectas y en ocasiones hasta con una que otra desproporción.

El foco de la película era Ana, una chica perteneciente a una familia con fuertes raíces latinas que habita en Estados Unidos, allí Ana termina sus estudios secundarios pero no tiene los recursos para continuar estudiando; así que tiene que aprender y empezar a trabajar en el negocio familiar, un taller de confección.

En el proceso de adaptación al trabajo, a la nueva situación económica y personal que afronta, transcurre en la mayor parte de la película pero lo que más me llamó la atención fue la confrontación del aspecto físico que sufre la protagonista. Los kilos de más que lleva a cuestas la hacen sentir insegura, además la presión externa que ejerce la madre y la hermana hace que Ana no se sienta bien consigo misma ni con las personas que la rodean.

En el último punto de giro de la historia, Ana protagoniza la escena más inspiradora de toda la película, ella se encuentra planchando los vestidos y tiene mucho calor pero no puede encender el ventilador; así que se quita la camisa y queda en ropa interior, su madre la juzga y la regaña en vano, su hermana y sus compañeras de trabajo la siguen y empiezan a hablar con naturalidad de la celulitis, las estrías y los kilos de más que las acompañan. Ese momento de autoreconocimiento y autoaceptación de un grupo de mujeres que no eran precisamente 4 modelos, que se quitan las prendas de vestir para mostrarse las unas a las otras esas zonas del cuerpo que les resaltan y aún así ellas se sienten bellas y tranquilas como y con lo que son.


Escena



Inmediatamente sentí una gran emoción al ver esta escena, me encontraba con un insight muy fuerte y con mucho kilometraje, un detonante de acciones tácticas y campañas integrales de comunicación que DOVE ha venido trabajando hace ya varios años. La belleza es real, no importan las medidas ni las curvas lo que importa es lo que cada mujer es en realidad.


Primera campaña de DOVE